Tras una charla en la que Daniel Padró, investigador y responsable de la plataforma de Imagen Molecular de Biomagune, nos explicó las lineas de trabajo del centro, las tecnologías que usaban, etc... hicimos grupos y fuimos pasando por diferentes laboratorios y departamentos.
Vanessa Gómez, Jordi Llop, Eneko San Sebastián, Daniel Padró y Abraham Martín son parte del equipo de Biomagune.
En las diferentes salas fuimos viendo algunos de los equipos de imagen molecular sobre los que Eneko San Sebastian, por la mañana, dio una charla a los alumnos de física de 2º MCM.
Irantzu, en su sala de microscopios, nos mostró el funcionamiento del microscopio óptico de láser, el confocal, el Raman y el de infrarrojos, las razones por las cuales se usan unos u otros en función de lo que se quiera ver, etc.
Vimos como Luis creaba superficies nanométricas con materiales como el oro, que a esa escala, presenta propiedades muy útiles para diferentes aplicaciones industriales.



Daniel también nos mostró en su imán vertical de MRI, esta vez ya no para ratas sino para muestras en pipetas, como caracterizaban la materia en función de picos de resonancia. Como ejemplo, nos mostró el espectro del Ibuprofeno comparándolo con su estructura molecular, para ver dónde y como aparecían los hidrógenos, los carbonos, etc...

Pudimos ver también, explicados por Javier Calvo (tocayo de nuestro antiguo profesor de química), dos aparatos de espectrometría de masas, uno magnético y otro de chorro de láser (unas 10000 veces más preciso que el anterior). Su función es caracterizar, a partir de la masa, las moléculas a estudio.
Finalmente, un grupo de afortunados que cumplían las condiciones (¡Ser mayores de edad y ser pacientes!) fueron, con Valentín y Amaia, a ver la zona de radioquímica. Vimos, TOCAMOS, ¡un ciclotrón! Como nos dijo Jordi, el responsable de este área... estábamos ante la alquimia del siglo XXI.


Para entrar en la sala tuvimos que franquear una puerta de 2 metros de grosor de hormigón, y pudimos estar unos minutos allí, escuchando las amenas explicaciones de Jordi. Después seguimos el camino que haría un compuesto radiactivo recién generado hasta el laboratorio robotizado.

En resumen, una visita interesantísima en la que vimos, por un lado, aplicadas muchos de los fenómenos físicos, químicos y biológicos que estudiamos en el cole, y por otro, que no hace falta llamarse Williamson, Kenyataan Akhbar o Heisenberger para ser un investigador puntero. Irati, Irantzu o Eneko también van bien.
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